El pasado 20 de agosto se cumplieron 25 años del enfrentamiento Korchnoi vs. Polugaievsky en Buenos Aires, recordado como el match de “La cabina de cristal” porque jugaron en una mampara de vidrio de sobre el escenario de juego para eludir el contacto directo de los maestros con el impaciente y bulliciosos público. Víktor Korchnoi, exiliado del antiguo regimen soviético, se consagraba finalista del Ciclo Candidatura tras batir al gran maestro ruso, Lev Polugaievsky, por un ajustado marcador, de 7,5 a 6,5. Nunca más en el particular mundo de los trebejos hubo un público tan ferviente. Fue allí también donde surgió otra anécdota: el norteamericano Yasser Seirawan y el inglés Michael Stean (analistas de Korchnoi), descubrieron en una columna escrita por Miguel Najdorf una mejora en el juego de una variante que disputaban en la otra semifinal, el alemán Robert Hübner y el húngaro Lajos Portisch. El gran maestro danés, Bent Larsen, que trabajaba como comentarista del diario Clarín (el rival de La Nación), en la cobertura de ese match en Italia, le envió un análisis a Najdorf, quien lo reprodujo en su habitual espacio de los días sábados. La novedad le dio el punto a Korchnoi, que a los 49 años, accedía a la final del Ciclo Candidatura. Desde Abano Terme (Italia), el maestro Larsen, al enterarse de la anécdota sólo sostuvo: “Esto le pasó a Polugaievsky, por no leer Clarín”.A 25 AÑOS- Hito de una pasión

por Carlos A. Ilardo


El pasado 20 de agosto se cumplieron 25 años de una de las jornadas escritas con más pasión que tinta en la historia del milenario juego; en la ciudad de Buenos Aires, el ciudadano suizo, Víktor Korchnoi, exiliado del antiguo regimen soviético, se consagraba finalista del Ciclo Candidatura tras batir al gran maestro ruso, Lev Polugaievsky, por un ajustado marcador, de 7,5 a 6,5.


Página diario La Nación anuncio victoria de Korchnoi


Histórico saludo entre los maestros (no se dirigían la palabra)


Imágenes en diario La Nación

Algunos meses más tarde, Korchnoi vencería (por abandono) al alemán Robert Hübner y se clasificaría como desafiador al título mundial de ajedrez del ruso Anatoly Karpov, en un match que se realizaría en Merano (Italia), en 1981.

Nace la historia:


Frente del teatro

Sobre la avenida Corrientes altura de los recuerdos, la sala del cine teatro Premier se vistió de gala para recibir aquella semifinal del título mundial; un duelo de ideas que sobrepasó el cuadriculado tablero y que fue auspiciado por el diario La Nación.


Otra vista del frente del teatro


Frente del teatro Premier sobre la Avenida Corrientes en Buenos Aires

Entre el 21 de julio y el 20 de agosto de 1980, la city porteña fue testigo de cómo la antinomia ideológica que acompañó el desarrollo deportivo del match dividió en alegrías y tristezas las victorias y derrotas de los maestros. Nunca más en el particular mundo de los trebejos, ámbito de festejos mudos y silencioso hasta en el llanto, hubo un público tan ferviente capaz de ensayar con cada victoria o derrota inusuales festejos, incluso, arrojando papel picado sobre los jugadores.


Insólito la gente arroja papel picado a Petra Leeuwerick y Korchnoi

Acaso fueron los antecedentes, la raigambre que arrastra la práctica del ajedrez en la Argentina; desde la fundación del Club Argentino a comienzos del siglo XX, pasando por la disputa del campeonato mundial, entre Capablanca y Alekhine, en 1927, la Copa Naciones en 1939, el match desafío entre la Argentina y la URSS, en 1954, la semifinal del título mundial, entre Fischer y Petrosian, en 1971 o las olimpíadas de ajedrez en 1978 como muestra flagrante para que Korchnoi y Polugaievsky aceptaran la designación de Buenos Aires, como sede del encuentro.

Tal vez el marco político de 1980, tiempos de la Guerra Fría y un mundo dividido en Oriente y Occidente, con agentes y espías de uno u otro bando, lo que sumado al panorama local, época de pensamientos cohibidos en los que hasta tener la razón resultaba a veces peligroso ( la Argentina era gobernada por la peor dictadura que cumplía su cuarto año de los siete que tuvo frente al poder; su triste paso dejó 30.000 desaparecidos, una deuda externa sextuplicada y cerca de mil jóvenes muertos tras una guerra en las Islas Malvinas, ante Inglaterra), lo que avivó la rivalidad de banderas entre los aficionados. Claramente estaban diferenciados los bandos.


Hall del teatro – el público durante la final de una partida

Es que Korchnoi, que había pergeñado su fuga del regimen soviético en 1976, llegó a la Argentina para enfrentarse a Polugaievsky, símbolo fiel del Kremlin, como ciudadano suizo, emblema de Occidente y dispuesto a tomarse revancha de lo padecido hacía dos años, cuando en Filipinas, en 1978, cayó ante el ruso Anatoly Karpov en una escandalosa final por el título mundial; un sainete que terminó con garúes, parasicólogos y brujas en la sala de juego.

El antecedente psicodélico alentó la creación de una mampara de vidrio sobre el escenario de juego para eludir el contacto directo de los maestros con el impaciente y bulliciosos público; de allí que el duelo de Buenos Aires es recordado como el match de “La cabina de cristal”.

Fotos de la cabina


Los jugadores en el interior de la cabina de cristal


Korchnoi, Polugaievsky y Najdorf en la cabina de vidrio en Buenos Aires en 1980

Si bien el colombiano, Boris de Greiff fue designado árbitro del match, el entrañable gran maestro Miguel Najdorf fue árbitro general del histórico match.

Las piezas utilizadas para el desafío, con diseño similar al de la olimpíada de 1978, fue creada por la Casa Campo Hermanos; se construyeron tres juegos, uno para cada jugador como regalo y otro para el match.


El juego de piezas utilizado en el match


Foto que se publicó en el diario La Nación

El match Korchnoi-Polugaievsky, pactado a 12 juegos finalizó igualado en seis puntos por bando. En la duodécima partida, Polugaievsky, con blancas, logró la angustiosa igualdad después de 73 jugadas de una Defensa India de Dama. Otra vez la alegría de los simpatizantes del maestro ruso provocó que a la salida de la sala de juego una lluvia de papel picado cubriera su paso.

Fue entonces que se necesitaron dos nuevos juegos, a modo de desempate para determinar un vencedor. Fue allí cuando surgió una nueva anécdota.

El norteamericano Yasser Seirawan y el inglés Michael Stean (analistas de Korchnoi), descubrieron en una columna escrita por Miguel Najdorf una mejora en el juego de una variante que disputaban en la otra semifinal, el alemán Robert Hübner y el húngaro Lajos Portisch. El gran maestro danés, Bent Larsen, que trabajaba como comentarista del diario Clarín (el rival de La Nación), en la cobertura de ese match en Italia, le envió un análisis a Najdorf, quien lo reprodujo en su habitual espacio de los días sábados.

Sin culpas ni remordimientos, Seirawan y Stean pusieron en marcha el plan. El equipo ruso, Orense Averkin y Evgeny Iveshikov, fueron sorprendidos por dormir demasiado. La novedad le dio el punto a Korchnoi, que a los 49 años, accedía a la final del Ciclo Candidatura.

Desde Abano Terme (Italia), el maestro Larsen, al enterarse de la anécdota sólo sostuvo: “Esto le pasó a Polugaievsky, por no leer Clarín”.

A continuación el diagrama con la posición que sorprendió al equipo ruso.

14ta. partida, Match, Polugaievsky v. V. Korchnoi –Bs. As. 1980.

1.Cf3 Cf6 2.c4 c5 3.Cc3 d5 4.cxd5 Cxd5 5.e4 Cb4 6.Ac4 Cd3+ 7.Re2 Cf4+ 8.Re1 Ce6 9.b4 cxb4 10.Cd5 g6 11.Ab2 Ag7 12.Axg7 Cxg7 13.Cxb4 0-0 14.d4?

aquí la jugada era 14. h3… la mejora que Polugaievsky no conocía

14…..Ag4!

15.Re2 Dd6 16.Dd2 Ce6 17.Axe6 Dxe6 18.Re3 f5 19.Dd3 fxe4 20.Dxe4 Dxe4+ 21.Rxe4 Cd7 22.Thc1 Tf5 23.Tc7 Cf6+ 24.Rd3 a5 25.Cc2 Cd5 26.Txb7 Cf4+ 27.Re4 Cxg2 28.Ce5 Tf4+ 29.Rd5 Af5! 30.Tc7 Td8+ 31.Rc5 Axc2 32.Cc6 Te8 33.Cxe7+ Rf8 34.Cc6 Tf5+ 35.Ce5 Cf4 36.Txh7 Rg8 37.Td7 Cd3+ 38.Rb6 Cxe5 39.dxe5 Texe5 40.Tc1 Tf6+ 41.Ra7 Txf2 y las blancas abandonan 0-1.

La partida para reproducir…

Pese a la amargura de la derrota, el ruso Lev Polugaievsky, de 46 años, no conseguía salir de su asombro al oir y ver cómo el público coreaba su nombre y le arrojaba papelitos en señal de júbilo a su paso.


Diagrama del diario La Nacion, con la posición final del match Polugaievsky v. Korchnoi

Acaso, por ello, catorce años después, en 1994, cuando el mecenas holandés, Joop van Oosterom quiso homenajear a Poluga con su cumpleaños N°60, organizándole un Magistral en el lugar del mundo que el quisiera, el dedo índice de la mano derecha de Lev Polugaievsky se detuvo sobre un punto del globo terráqueo. La ciudad era Buenos Aires; un lugar con aroma a Tangos y ajedrez.

 

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