Hoy iba a continuar con la serie de artículos sobre organización que comencé la semana pasada, pero he leído un post que ha estado dando vueltas a mi cabeza durante todo el día. Se trata de una entrada de una chica de 16 años que habla sobre la escuela cuadriculada y los límites que nos pone a la creatividad. Narraba la historia de cómo fue educada. Su padre se hizo desde el principio su tutor responsabilizándose de su educación global. Él es licenciado en Historia del Arte e Historia Universal, así que se dedicó desde que su hija era pequeña a darle clases de todo tipo de disciplinas.

Ella cuenta hoy, a sus 16 años, cuál fue su experiencia de choque cuando, llegados sus 10 años, su padre decidió que acudiera a la escuela “normal” para que su educación no le afectara en su sociabilización. A partir de ahí, para ella comenzó un infierno. ¿La razón? El escalón tan enorme que encontró entre sus conocimientos y forma de ver el mundo y el de sus compañeros y profesores.

En realidad, lo que cuenta es algo en lo que muchas veces he pensado: ¿se adapta nuestro sistema educativo a nuestras necesidades reales? ¿nos ayuda a fomentar ciertos aspectos tan fundamentales como la creatividad o la inteligencia emocional?Creo Sé que no. Nuestro sistema educativo está basado en el costumbrismo y en la repetición de un modelo que todos sabemos que seguramente no es el más apropiado, pero sí el más cómodo. Mejor que se quede como está, no vaya a ser que tengamos que desmontar los cimientos de lo que ha costado tanto tiempo edificar…educativoo

Siguiendo con lo que Helena, la chica de la que les hablo, cuenta, en las escuelas se aprende inglés a partir de normas gramaticales, no a base de hablar y de leer libros en el idioma en cuestión. Nos muestran qué agujeros debemos tapar para que la flauta suene, pero no nos enseñan el lenguaje de la música, nos hacen aprender cientos de fechas y lugar de nacimiento de los autores de nuestra literatura, pero no leemos sus libros…

Quizás ella aún sea joven y de ahí el tono algo suficiente y creidillo de su narración, pero lo que cuenta tiene una gran razón. En mis 30 pienso tener hijos no tardando mucho tiempo y el otro día pensaba si querría que fueran al colegio o probar quizás con algo que pudiera ser para ellos más enriquecedor: educarles mientras viajamos, aprendiendo idiomas, experiencias y, por supuesto, las materias que les sean necesarias para desenvolverse en cualquier profesión de futuro.

Lo cierto es que me da cierto vértigo. Es lo que se siente cuando uno se sale de la corriente. Miedo a no pertenecer a la seguridad que la masa te confiere, miedo a meter la pata por intentar un sistema no probado… Pero al fin y al cabo, ¿se es más feliz siguiendo un sistema educativo obsoleto que no cuida los detalles más elementales de nuestra vida adulta?

Espero que la educación se vaya abriendo poco a poco, como ya lo está haciendo el sistema laboral, para que seamos un poco más libres de inculcar a nuestros hijos algo que realmente les cualifique personal y profesionalmente. Quizás un sistema mixto que haga que el niño pueda acudir a los centros para no perder algo tan necesario como el contacto con el resto de niños, pero que nos permita que los que lo deseemos les formemos en aquello para lo que veamos que tienen actitudes, que les demos una visión abierta del mundo para que formen sus propias ideas y educarles en la tolerancia y con valores. Que les permitamos crear y encontrar su camino, en definitiva…

El post de hoy es más de reflexión que de ofrecer consejos, pues en esto sólo cuento con mi experiencia personal y la que unos pocos me han dado en diferentes conversaciones. Personalmente, aunque tengo muy buenos recuerdos de mi infancia y de momentos que pasé en el cole, muchas horas tanto de colegio, como de instituto y universidad, las hubiera cambiado por más de nosotros mismos. Más debate, más valores, más creación de ideas nuevas…educativo

Por eso, me gustaría saber si ustedes tienen esta sensación de carencia en nuestra educación o si creen que esto depende de la experiencia de cada uno con su centro educativo y profesores. ¿Cuál ha sido su experiencia educativa más fructífera a nivel personal? ¿Cuándo han tenido más creatividad, en su etapa de estudiantes o como profesionales?

En mi caso, mi productividad y mis ideas han surgido al margen de las lecciones. Es más, nunca hubo nada más inspirador que una clase aburrida para dar rienda suelta a la cabeza. Aunque mirándolo de esa forma… a lo mejor me esté equivocando y todo debe seguir igual…

Fuente:http://verynicethings.es/2013/07/nuestro-sistema-de-educacion-nos-impide-ser-creativos/

 

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