Muchos de los estudiantes de hoy son conocedores de la tecnología. Ellos saben cómo enviar mensajes de texto o publicar una imagen en las redes sociales en cuestión de segundos. La relevancia de la tecnología en nuestra vida cotidiana ha crecido exponencialmente en las últimas décadas y solo continuará aumentando en el futuro. Repasemos algunos de los mitos que rodean la alfabetización digital.
Mito 1: Nativo digital = Alfabetizado digitalmente
Los estudiantes de hoy son nativos digitales, pero saber cómo encender dispositivos, iniciar aplicaciones o descargar imágenes no los hace alfabetizados digitalmente. Aunque crecer con la tecnología puede reducir las barreras para usarlo, no equivale a saber por qué, cuándo, para quién y para quién se debe usar la tecnología. Es importante que los estudiantes tengan habilidades de alfabetización digital, por lo que entienden qué imagen es apropiada usar en una presentación para transmitir un mensaje, saber cómo usar una aplicación de manera significativa y determinar fuentes confiables en línea de fuentes falsas.
Mito 2: Si puedes deslizar, puedes escribir
A través de la experimentación, los estudiantes tan jóvenes como los que están en edad de pre-kinder pueden aprender cómo manipular las aplicaciones deslizando sus dedos y usando sus pulgares para escribir, pero asumir que los estudiantes que pueden deslizar sus dedos en la pantalla pueden escribir fácilmente igual a nuestros estudiantes de escuela es una injusticia. Casi todos los aportes tecnológicos realizados para la creación de obras de arte, literatura, codificación y comunicación aún se realizan a través del teclado. Los estudiantes que no tienen la técnica adecuada y las habilidades de teclado están en una seria desventaja cuando se trata de producir proyectos y comunicarse en el siglo XXI.
Mito 3: Palos, piedras y palabras
La expresión, «palos y piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño» se originó como una respuesta estándar al acoso verbal en los patios de recreo de la escuela. Hoy, debido a la naturaleza generalizada de los dispositivos de comunicación, el impacto de las palabras es mucho más amplio y persistente. Las palabras a través de Internet se pueden amplificar miles de veces, los mensajes hirientes se pueden publicar de forma anónima y el contenido en Internet puede durar semanas, meses o indefinidamente. Es importante no solo enseñar a los estudiantes la naturaleza hiriente del acoso a través de las palabras, sino hasta qué punto las palabras en Internet pueden tener un impacto multiplicador mucho más allá de la impresión inicial.
Mito 4: Si está en la Web, entonces debe ser cierto
Un tema que está en la mente de todos en este momento es la rápida difusión de noticias falsas y desinformación, intencional o no. Muchos adultos y estudiantes siguen creyendo que la web es una fuente confiable de noticias, pero la capacidad de determinar si la información proviene de fuentes confiables versus fuentes poco confiables es cada vez más difícil. Enseñar a los estudiantes cómo reconocer las noticias falsas es la mejor defensa contra la difusión de información errónea y un elemento integral de la alfabetización digital.
Mito 5: La codificación es solo importante para las carreras de informática
Hubo un tiempo en que se pensaba que la lectura y la escritura eran solo para intelectuales. No todos los estudiantes van a escribir un libro, pero saber leer y escribir son habilidades esenciales para triunfar en el mundo de hoy. Del mismo modo, las habilidades de codificación ya no son solo para aquellos que buscan ingresar a una carrera en informática. La codificación se basa en habilidades fundamentales de pensamiento computacional, como algoritmos, resolución de problemas y comprensión de cómo implementar y probar un proceso, estas habilidades se pueden aplicar en una amplia gama de disciplinas, no solo en la codificación. Muchos de los trabajos y empleos actuales del futuro van a interactuar con un codificador o requerirán conocimiento de codificación en todas las industrias.
Fuente: Learning.com
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