Por: Paul Martin Representante de Unicef en el Perú

La educación debe estar encaminada a desarrollar la personalidad de los niños y niñas, así como sus aptitudes y capacidades mentales y físicas hasta el máximo de sus potencialidades.

Así lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 29 y es la visión del Plan Estratégico Nacional a 2021.

¿Está la educación peruana marchando en esa dirección? En los últimos años se han observado grandes avances en relación con la cobertura de la educación primaria, que actualmente alcanza al 94% de la población infantil.

No ha sucedido lo mismo con la educación inicial, de la que participa el 66% de los niños y niñas entre 3 y 5 años en zonas urbanas, y el 55% de quienes residen en el área rural.

Esta situación merece una reflexión en dos sentidos. El primero, nos habla de un considerable porcentaje de niños y niñas que  no ejerce su derecho a la educación; el segundo, nos alerta sobre las oportunidades de desarrollo para los más pequeños.

La neurociencia ha demostrado que el desarrollo saludable de los niños en sus primeros 5 años de vida constituye un gran soporte para su desarrollo cognitivo, físico y emocional.

No podemos esperar que un niño o niña llegue a la primaria, o esté por culminar la secundaria, para recién centrarnos en su formación.

Preocuparnos por el desarrollo temprano de su potencial es fundamental si queremos que tengan un adecuado desarrollo humano, y si el país espera contar con capital humano de calidad.

Hay muestras de que en esa dirección está marchando el país. Con la finalidad de garantizar el crecimiento y desarrollo integral de niñas y niños de 0 a 5 años de edad, el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia (PNAIA) 2012-2021 se ha planteado dos metas estratégicas fundamentales:

Disminuir a 5% la desnutrición crónica en el primer quinquenio de vida, y que el 100% de los niños y niñas entre 3 y 5 años acceda a una educación inicial de calidad.

Cabe señalar que la gestión actual del Ministerio de Educación se ha planteado lograr a 2016 una cobertura del 100% para los distritos de Juntos y 86 % para el ámbito nacional.

Como sabemos, el cumplimiento del PNAIA es un compromiso multisectorial. En ese sentido, el Ministerio de Educación ha emitido recientemente la directiva Normas y orientaciones para el desarrollo del año escolar  2013, que regirá el accionar de  las entidades públicas y privadas del país.

En lo referente a la educación inicial son valiosos los aportes de este documento. Para empezar, recomienda optar por la atención de los bebés  menores de 3 años en instituciones o programas educativos –sin la presencia de la madre o el padre– solo cuando no existe la posibilidad de que un adulto de su entorno familiar se haga responsable de su cuidado.

Otro aspecto importante es la prohibición expresa de que en los procesos de admisión, inscripción, ingreso y matrícula para la educación inicial y el primer grado se someta al niño o niña a procesos de evaluación.

Sin duda, una acertada medida que protege a la niñez de situaciones estresantes a las que comúnmente es sometida por desconocimiento de los padres y de muchos maestros.

Con la finalidad de preservar el derecho de la infancia al tiempo libre, a jugar, a compartir con sus familias, la norma establece que no deberán asignarse tareas para el hogar en el nivel educativo inicial.

Las extensas y costosas listas de útiles y textos escolares constituyen una de las principales barreras para la inserción de los niños y niñas en la escuela inicial de los sectores menos pudientes.

Ante ello, el Ministerio de Educación dotará de cuadernos de trabajo a los niños de 4 y 5 años. El programa educativo establecido para los niños de 3 años no requiere de  este material. En síntesis, las familias no invertirán en la adquisición de textos escolares.

Las condiciones para que las niñas y los niños peruanos tengan un buen inicio en su vida escolar están planteadas. Ahora les queda a los padres y madres de familia, a las escuelas y a los propios maestros demostrar su compromiso.

La calidad educativa en la etapa inicial depende de que se respete al niño en sus tiempos de maduración, que no se le obligue a aprendizajes no adecuados a su edad. Del trabajo que hagamos los adultos depende el desarrollo cognitivo y afectivo de los niños y niñas peruanos, respetemos su derecho a una educación adecuada a su edad.

«El Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia (PNAIA) 2012-2021 (Clic para ver el documento) tiene como meta  disminuir a 5% la desnutrición crónica en el primer quinquenio de vida, y que el 100% de los niños y niñas entre 3 y 5 años acceda a una educación inicial de calidad.»

Fuente. Elperuano
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