«Tenemos que trabajar por un aprendizaje más colectivo». Con esta idea comenzó la ponencia del investigador del Instituto de Tecnología de la Universidad de Oxford, Cristóbal Cobo, que inauguró las XI Jornadas de Internacionales de Innovación Universitaria de la Universidad Europea.

Generar intercambio de experiencias en el área de la innovación educativa para promover el cambio es el objetivo de este encuentro anual que en su decimoprimera edición ha contado con la participación de 21 universidades y 200 docentes.

Águeda Benito, Rectora de la Universidad Europea, hizo hincapié en la necesidad de reflexionar sobre innovación en un foro centrado en la aplicación de la tecnología y del aprendizaje experiencial en la educación: «Tenemos que motivarnos para hacer mejor las cosas en una de las profesiones más gratificantes y relevantes que existen, la docencia.» Seguidamente, Pedro Lara, Vicerrector de Calidad e Innovación Académica de la Universidad Europea, fue el encargado de presentar a Cristóbal Cobo, referente en el estudio de la aplicación tecnológica en el aprendizaje.ccobo14

El investigador de la Universidad Oxford centró su ponencia en el concepto de colaboración, que definió como la «posibilidad de trabajar con otros uniendo esfuerzos intelectuales.» Una idea que, según él, cobra especial relevancia ya que «somos seres gregarios, que actuamos en conjunto, y esta necesidad de colaborar influye en nuestras conductas.» Bajo esta premisa, Cobo se refirió a la existencia de tres jerarquías de colaboración.

Un primer estrato, llamado networking, que conlleva menor riesgo y compromiso. La coordinación, un segundo nivel, en el que se identifica el beneficio común, que implica mayor colaboración. Y finalmente, un tercer grado, la cooperación, que conlleva actitud de compartir e intercambiar metas y beneficios y que, según el investigador, es el más complejo pero el que aporta mayores beneficios. «Necesitamos un cambio de enfoque en la educación, laboratorios de aprendizaje colaborativos basados en problemas reales que preparen mejor a los estudiantes para el mundo profesional que les espera. La red es el aprendizaje y la posibilidad de conectar es la posibilidad de generarlo», señaló.

Cristóbal Cobo reflexionó sobre cómo conseguir esta colaboración en el contexto educativo y apuntó que «debemos cooperar con aquellos que tienen prácticas diferentes. Aunque pueda suponer un fenómeno profundamente complejo, no debemos hablar más sino escuchar más fuerte.» El investigador finalizó su intervención con la exposición de los problemas, desafíos y aceleradores de la colaboración. La falta de metas conjuntas o el temor a perder la posesión del conocimiento son ejemplos de estos primeros, mientras que la preparación para el conflicto que surge de la colaboración y que lo enrique, figura entre los retos de este concepto. Por su parte, la recompensa, el feedback en la comunicación, la confianza, el consenso, las redes informales, los sujetos como agentes conectores y, en definitiva, el trabajo en red se posicionan como impulsores de la colaboración. «Si quieres cambiar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve con otros» sentenció Cobo.

El investigador completó su participación en las XI Jornadas Internacionales de Innovación Universitaria con la impartición del taller Co-laboratorio: buenas prácticas para generar conocimiento socialmente distribuido y con su intervención, junto a profesores de otras universidades españolas, en el debate Docentes 360º; diferentes perfiles, un mismo rol.

Bajo el lema Educar para Transformar, este foro de reflexión fue clausurado con la entrega del XI Premio Universidad Europea a la Innovación Docente, un galardón que pretende estimular la innovación en el aula y reconocer la labor de los profesores preocupados por adaptar su docencia al contexto del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

Fuente: ElEconomista

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